viernes, 20 de junio de 2014

De gatos y coincidencias.

It is what it is...

Cada martes de la vida mía sigo una rigurosa rutina de despertarme 15 minutos después de lo que debería despertarme. Me adapto a la muy lenta y poco segura certeza de que saldrá agua caliente eventualmente de la regadera. Me alisto tan rápido y poco eficientemente como puedo para andar saliendo 20 minutos tarde al trabajo.

Esta constante rutina en mi vida siempre ha sido así por que los martes entro temprano a trabajar. Eso desbalancea mi perfecto caos armonioso de dormir hasta que me canso de dormir y llevar una vida semi productiva.

Pero recientemente he estado a merced de dos criaturas infernales, capaces de asombrar al mas cínico por su tamaño y niveles de habilidad física. Dos criaturas que sin duda salieron de la mente de Stephen King, Alfred Hitchcock o RR Rowling... Dos gatos gordos de nombres Tito y Coco


Por lo mismo mi rutina de martes tiene un giro inesperado cuando, al tratarme de lavar los dientes, encuentro que el lavabo del baño ha sido invadido por el menos gordo de los espécimenes, Tito. Aun siendo el de menor grosor, ocupa el 96% de el espacio total del lavabo, lo cual provoca que no pueda utilizarlo y tengo que recurrir a alternativas salvajes como escupir en el excusado o terminar mi lavado con el enjuague bucal que inexorablemente termina con un trago accidental del mismo, cosa que me provoca una liviana peda involuntaria. Encima de esto, este martes en particular, la felina parda y gorda de nombre Coco tuvo a bien instalarse en mis pies justo cuando estaba por voltear mi cuerpo a tomar las llaves que estuve a punto de olvidar. Esta monería  me hizo tropezar, dar dos pasos poco coordinados que me llevaron a azotar con singular armonía en el suelo de la sala. Esta caída a su vez, logro noquear el florero de cristal que mi room mate tiene a bien poner en la mesita de la sala so-pretexto de "que se vea el depa bonito".

Después de heroicos y torpes movimientos logre evitar que el florero se partiera en mil pedazos aunque se tuvo que hacer el sacrificio de tirar el sandwich de paté de pavo que me estaba engullendo antes de lo acaecido. Secar el piso de la sala, cambiarme los pantalones (no por la impresión sino por el lodo que mis huellas causaron mientras trataba de poner el florero en su lugar), acomodar todo de nuevo para evitar un regaño de mi room mate tomo unos buenos 15 minutos de mi ya atrasado horario. Al salir, me encontré con que los chicos de la Comisión Federal de Electricidad acababan de cortar algunas ramas de arboles que representan un peligro para nuestros honorables cables eléctricos. Mientras estaban en esta ardua tarea, una rama particularmente grande cayó al suelo golpeando a un vehículo en movimiento. Metiche como soy yo, me acerque a uno de los apenados pero desafortunadamente no cubiertos por seguro, trabajadores de la CFE para preguntarle lo sucedido.

Trabajador de la CFE: No, pos. Es que no se fijo el joven. Nosotros pusimos el conito y todo, joven. Pa que no se fija.
Yo: Y hace cuanto fue?
TCFE: Pos, así como quince minutos dicen. Yo me fui a comer mi torta por el contenedor de la basura, ni lo vi.

Y entonces me vine a pensar... Ese árbol estaba intentado para ocupar la parte principal de mi cofre? O acaso los gatos gordos se volvieron el vehículo del destino? O acaso sera que ese árbol estaba destinado para el joven que no se fijo y los gatos únicamente eran herramientas del universo para asegurarse que mi metiche persona no evitara el irremediable destino de un joven con pocas habilidades de observacion? Acaso los gatos son los peones del universo? O son renegados de lo aleatorio y el destino incierto y se pegan a tus piernas para evitar los designios del universo?


Estas son las cosas que me mantienen despierto por las noches.
 
Aunque honestamente viendo esta imagen me hace pensar que debo dejar de pensar tanto. 







Ojos Negros...

It is what it is...

Me queda claro que en su mirada se puede uno perder...
 
Un poco de boleros, un poco de vino, un poco de besos y un poco de vicio. Unos ojos negros de otra latitud me sonreia. Se llenaba de colores con cada halago, hablaba de Serotonina, oxitocina y otras cosas que andaban subiendo y bajando rapidamente de nuestros cerebros. De repente se levanta y se aleja rapidamente para darme una pintura que se queda en la mente. El contoneo de su andar se imprime firmemente en mi mente y la estela de su olor es casi visible.
 
Cuando pienso que he visto todo lo que ella es... voltea a verme a los ojos y sonrie...
 
 
 
                                                      Y como si nada en su mirada te puedes perder...

jueves, 19 de junio de 2014

De sonrojos.

It is what it is...

G: Comportate! Ya deja de decirme estas cosas.
C: Por que? No te gusta? Prefieres pensar que no tienes ningun efecto en mi?
G: Me sonrojas...
C: No es eso encantador?


              No es tan soberanamente irrelevante eso de parecer ser de piedra cuando hay tanto ahi afuera            
                                                       Esperando a sonrojarnos...

miércoles, 11 de junio de 2014

La bañera...

It is what it is...


B: Y como vas a querer decorar tu casa nueva?
C: La decoración no es lo mio, deberé acudir a las mujeres que todavía no me odian por ayuda.
B: Bueno pero como te lo imaginas?
C; Para ser honesto... Lo único que puedo ver con perfecta claridad es tu espalda en la regadera...


                            Que no es lo que todos nos imaginamos en un nuevo hogar?? Una bella mujer dándose un regaderazo en las instalaciones??

O estoy loco?

lunes, 9 de junio de 2014

Gotcha (love)

It is what it is...

NO soy particularmente aficionado a los deportes. Ni a las amenazas. El primero por que implica un esfuerzo físico y ya es suficiente el lograr levantarme de mi cama, la cual estoy seguro que tiene algún tipo de vórtice gravitacional aumentado que es como si mi masa fuera tres veces mayor de lo que realmente es, aunque a veces después de comer pozole los domingo de hecho lo es. La segunda es por que fui educado a que al hacer una amenaza debes cargar con el peso de la misma y eso de cargar a mi tampoco se me da, a veces ni siquiera me gusta ver gente cargar cosas por que siento que irremediablemente me van a pedir ayuda.

Por lo tanto mi esbelta figura es explicada por estos dos hechos. Sin embargo, recientemente entró a mi vida un pequeño animalillo que, según algunas pruebas de ADN resulta ser mi sobrino. Y al tipo le gusta hacer estas cosas como una manera de recreación (malditas nuevas generaciones). Y desde hace un par de años tenemos la tradición con él, quien para fines literarios llamaré "Patito Café", de ir a jugar gotcha.

Para los ignorantes del tema (incluyome en la lista) El Gotcha es un pseudo deporte donde el propósito es disparar bolas de pintura a velocidades francamente obscenas a otro jugador para incapacitarlo estilo "Juegos de guerra". Ademas de que se hacen toda clase de amenazas pre partido. Esta noción me pareció atractiva puesto que crecí jugando Goldeneye 64 cuyo fundamento era este mismo. Sin embargo, mi actividad mas acelerada mientras jugaba esto era aguantarme la pipí mientras terminaba un nivel controlando al famoso agente secreto James Bond con mi mando del Nintendo 64. Así que el primer año fui al gotcha con la plena confianza en mi maestría estratégica y mi puntería fulminante.

Me sentí ampliamente manipulado y sentido con la vida al ver que, para empezar, uno de los parámetros de este juego es que debes moverte rápidamente para evitar que te hagan una vasectomía sin bisturí muy dolorosa. Después me di cuenta que uno no puede tener una puntería decente cuando tu arma pesa casi dos kilos y debes tenerla estable para poder realizar un headshot. Por último, logré conocer un poco mas de mi mismo viendo cuanto puedo realmente sudar haciendo alguna actividad diferente a cambiarle el canal a la tele y que es bastante sencillo empañar unos goggles con tu sudor. La gota que derramo el vaso fue que el uniforme aumenta la temperatura corporal en 45 millones de grados celsius.

Por lo que este año no fui con el mayor entusiasmo del mundo.

Aún así, mi directriz de complacer a los demás ganó y patito café debía ser bien celebrado. Esta vez escogimos uno diferente, uno mas lejos, casi para salir para merida y el fin del mundo. Esta vez la armadura fue mas pequeña, el grupo también, pero afortunadamente aseguré que si no tengo descendencia, esto sea por mi propio deseo y no por un horrendo accidente de gotcha. Estuvo increíble! Me divertí como enano empapado en sudor de alguien mucho mas grande y todos tuvimos un sano rato de risas y alegría. Pero me paso una reflexión mientras estaba en la línea de fuego.

Justo cuando llegamos, mis dos grandes e impuntuales amigos, estaban apenas en camino, por lo que había unos niños jugando en el escenario. Claramente estaban mucho mas entrenados que nosotros. Yo, a seguramente unos 5 metros de la barda de seguridad me encontraba parado observando el juego y de pronto pum. Una bolita de color naranja se estrelló justo debajo de mi pezón izquierdo a velocidad luz... asumo. Por supuesto que me sorprendió y dolió como patada de mula. Pero al terminar el día me hizo pensar en algo.

Estamos de pronto listos para la batalla, con chaleco antibalas y las 200 bolitas de pintura listas para acribillar a diestra y siniestra. Como en el amor. A veces andamos buscando a quien atinarle con nuestro disparo completamente consciente que alguien mas puede darnos y dejarnos muy dolidos. Pero vamos en pos de la batalla. Pero un sábado en la tarde, mientras se disfruta de unos amigos y unas risas, de pronto pum, sin aviso, sin armadura, sin intención y sin esperarlo, una pequeña bolita te pega justo en el corazón. Y te alegras tanto de haber sentido cada segundo del dolor, por que sobreviviste a ese dolor sin armadura... y sigues vivo.

Aunque te descalifiquen del juego del Gotcha.

A veces es mejor pararse y no jugar, quien sabe cuando llegue una bolita perdida...




Construir un hogar? (AKA mejor rento)

It is what it is...

Ella: Sería como práctica de como planear nuestro próximo hogar...
Yo: Right you are! Right you are.

Si construyera una casa, definitivamente yo sería el tipo que consigue los contratos, consigue al arquitecto, paga por los permisos, contrata a los albañiles, planea la estrategia de construcción, hace cambios a los planos, decide el material y el probable diseño de interiores.

El siguiente paso es ver como se construye, echar mano de las cosas que destaco para comenzar a echar el cemento, darle forma a las paredes, pintar lo que va quedando bien y justo a la mitad de la construcción me doy cuenta que no pensé en lo primordial. No levanté cimientos.

Lleva uno tanto en estos menesteres de la renta de un condominio que le es fácil a uno pensar que esta en un hogar cuando en realidad se renta la casa de alguien mas. De una inocente conversación viene un pánico horrible... Mi turno de formar un hogar viene. Como será? uno elegante, con clase, ordenado? Uno pretencioso, presumido y banal? O un huracán de objetos en todas partes que no deja de declarar que mis cimientos aun no están fundados. Que tal que sigue siendo un hogar desolado y alejado de todo y todos? Y viene la terrible y ansiosa pregunta...

Y si mejor sigo rentando?

Te conozco?

It is what it is...

A: Pero dime, tu que ves en mi? Por que tanta insistencia en querer conocerme y estar junto a mi?
C: Que clase de pregunta es esa? Por que te gusta sonreír? Por que el mar hace bahías? Por que siento un escozor en mis adentros cuando te veo sonreirle a otro? Por que me caigo bien yo mismo? Por que tenemos que morir?
No sé escogen las emociones que algo o alguien te causa. Por supuesto que puedes elegir convertir una emoción en un sentimiento y eso es lo que pretendo. Podría ignorarte? Claro. Sería lo mas fácil del mundo, es mas, sería lo apropiado y lo de Dios. Pero uno espera tanto tiempo que algo increíble suceda al ver a alguien por primera vez que  uno olvida como debe sentirse hasta que se vuelve a sentir otra vez.
A: Ni siquiera me conoces.
C: Querida, ni siquiera me conozco a mi.

Y al final, que es conocerse sino ignorar cada vez mas cosas de alguien mas.. no?

La vida en el tropico II

It is what it is...

Un día en el malecón. Nada mas Cancunense clase-mediero con ínfulas de clase alta baja que pasearse por tiendas de ropa, relojes, celulares, joyería, perfumes y electrónicos de lo mas triviales para sentir que la vida tiene un sentido y propósito. No adjudico ningún tipo de característica particular a esta pretenciosa plaza comercial que la diferencie de una plaza satélite, Santa Fé o Antares en el DF o Guadalajara o Monterrey, para nada. Pero si hay una diferencia radical: Las chanclas.

No importa tu estatus económico, tu ideología política, tu religión p preferencia sexual, nada te diferencia del otro ser humano en pos de gastarse la quincena cuando se trata de las chanclas en Cancun. Son ambivalentes, imparciales y sin prejuicios. Calzan al pobre, al rico, al fresa, al emo, al hipster, al naco, al estirado y hasta al hippie. Y nadie se escapa de usarlas en este pequeño paraíso de temperatura infernal que es Cancun.

Y eso es lo que tiene esta bendita ciudad, eventualmente, sin importar tus modas y prejuicios socio-economicos, vestirás unas chanclas en tus pies. Es como el mar. Todos los caminos en esta tropical vida te llevan al mar, a bañarte, relajarte, sobreponerte, limpiarte y admirar su verde infinidad. Todos los caminos de esta ciudad eventualmente llevan al imponente y llenador mar... preferiblemente si vas caminando el camino en chanclas.

Así es la vida en el trópico.

O si hablan ingles..

Such is life in the tropics.